No escribo de desamores tras las vacaciones ¡época de mayor nº de divorcios del año !, ni de suspensos ¡el curso acaba de comenzar!
Para mi la calabaza es ¡un puré de precioso color naranja! e interesantes cualidades nutricionales; es también ¡cabello de ángel!, delicioso para rellenar mis pastas y es finalmente ¡elemento decorativo. por excelencia, del otoño!
Elegimos unos recipientes de cerámica . Uno de ellos con Lilium Hilde, ramas con frutos de Hypericum y Seminola. El otro con Hierba de oso y una calabacita, no necesita más para ser perfecto. A su lado, coloca unas calabazas de peregrino junto con otras verdes. ¡Bodegon de foto!
Pueden ser rosas con galax, crisantemos... el caso es dejar las calabazas al pie de los jarrones .... cubiertos de corteza y atados con una cuerda.
Este frutero con calabazas, mini gerberas, hojas de galax y ramas ¿necesita la mesa algo más?
Esta copa de mimbre juega con el verde y el blanco: de las calabazas bellota rayadas, la hiedra negra variegada o Hedera helix y las ramas de muérdago con bayas ...y conseguimos movimiento al incorporar el par de calabacitas amarillas.
Mi afición por los recipientes "sorpresa" es conocida. Aprovecho la pulpa para una crema, relleno con agua mi jarrón calabaza y con carthamus y ami majus, cogidos en mi paseo por el campo, consigo un arreglo de aire silvestre delicioso.
Una jardinera de zinc, ramas secas y Damas danzantes ¡que nombre tan precioso le da el castellano al Omcidium! y calabazas de distintos tamaños. las pequeñitas son ...¡ummm!
Con flores ... y solas. Acumuladas en una esquina de la cocina.
O con castañas, nueces, avellanas... echándole imaginación conseguiremos regalarnos los ojillos.