jueves, 22 de septiembre de 2011

Quedarse helado.


El último día del verano se acaba. Hubiera, tal vez, debido escribir esta entrada al comenzar el buen tiempo, pero ¡no se me ocurrio!
Todavia podré poner helado  de postre, muchas tardes de otoño.Y como siempre  ¡marcando la diferencia entre lo normal y lo especial.
Allá vamos:



1.- Retornamos a la infancia ¿te  acuerdas de los flashes? Hazlos ahora tú misma. Te sirve cualquier sorbete. Compota de  pera, piña, melón... zumo de limón, sirope de agua  y azucar y vodka o un licor que te guste ¡solo un chorrito! Batimos bie  e introducimos en unas bolsitas de celofan  para alimentos que encontraremos en tiendas especializadas. Van al congelador unas horas y ¡ya! Servimos en una copa con hielo picado.




2.- Sándwiches de frutas y helado, bajos en calorias y altos en vitaminas. Sandia y piña en rectangulos, pasadas por una plancha para caramelizar y rellenas de helado. Otra opción seria yogur batido o queso  de untar en el interior. Añadimos unas hojas de menta y frutas mini: grosellas, kumquats, lichis...




3.- Con 175 gramos de galletas oreo y 50 gramos de mantequilla fundida hacemos una masa homogenea. Envuelta en albal, ponemos a  enfriar en el frigo hasta que tenga consistencia para estirar. Extender con rodillo y cortar con un cortapastas. Con 400 gramos de helado de hierbabuena y fresa ...u otros sabores,,, hacemos el relleno. Metemos al congelador en una bandeja y ¡listo para sorprender a  niños y grandes!


¡Feliz y dulce otoño!